Escrito por Ernesto Munive
Cuando hablamos de la actitud mental positiva nos referimos a todos esos conjuntos de ideas positivas que prevalecen en tu mente y que te permiten tener una postura optimista, entusiasta y creativa para poder superar los problemas que se te puedan presentar mientras avanzas en la vida. Esta AMP hace de ti una persona proactiva que se enfoca en la solución más que en los problemas y te impulsa a disfrutar de las experiencias de cada proceso.
Todos sabemos que la vida está llena de altibajos, no importa quién seas, si tienes o no tienes dinero, o en qué lugar y contexto te encuentres; vivir experiencias negativas y situaciones desagradables nos puede tocar a todos.
La buena noticia es, que la actitud mental positiva incluye una gran capacidad de adaptación al cambio. En este punto, quiero contarte algo que me gusta mucho en relación al tema que estamos tratando ahora mismo:
Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, tuvo que huir a la Argentina durante la época de la dictadura en su país y luego cuando se implantó la dictadura en Argentina tuvo que regresar de vuelta a Uruguay. Cuando unos periodistas españoles le hacían una entrevista, le preguntaron: si era optimista acerca de un futuro con cambio hacia las cosas buenas. Él dijo una gran verdad: “Yo soy optimista según la hora del día, de 10 a 12 de la mañana soy optimista, después a partir del mediodía hasta las 4 de la tarde soy bastante pesimista, después nuevamente soy optimista hasta que caiga el sol, luego me pongo pesimista de nuevo. Cuando entra la noche recupero el optimismo, y así. Yo no creo en los optimistas full time, en esa gente de sonrisa invulnerable, porque no me parece que sean del todo humanos. Todos nos caemos y nos levantamos varias veces a lo largo de cada día y así varias veces a lo largo de los días de la vida.”
En la práctica, la actitud es como la vida, que está compuesta de varios altos y bajos. ¿Qué cosa controlas 100% en tu vida? ¡Nada! Bueno, en realidad si existe una cosa que la controlas al 100% y esa es tu actitud. ¿Hacer esto es fácil?, pues tampoco es tan difícil. El reto consiste en “hacer las pequeñas cosas ordinarias, de manera extraordinaria” adaptándonos a las circunstancias que se nos presenten porque solo tenemos dos opciones frente a la incertidumbre y las dificultades, nos adaptamos o nos lamentamos, el problema está en que tienes que decidir tú, nadie lo va a hacer por ti. La misión más básica que tenemos es sentirnos queridos, valorados y apreciados y esto depende exclusivamente de nosotros y de nadie más.
Hoy más que nunca debes mantener tu actitud en el nivel más alto y por nada del mundo permitir que los problemas y las dificultades te desanimen, porque cuando te desanimas, quizá no pierdas tus conocimientos, ni tus habilidades o tu experiencia, pero si puedes llegar a perder las ganas de seguir luchando y tu ilusión de ser. Cuando tú te desanimas pierdes lo mejor que hay en ti, pasas de ser una persona extraordinaria a ser uno más del montón, de ser un profesional brillante a ser un mediocre, y esto suele tener un problema de raíz y es la actitud.
Está comprobado que una de las maneras más fáciles, efectivas y rápidas para tener buena actitud es desarrollar el hábito de sonreír siempre que puedas y ser amable con los demás. Tal vez nos cueste un poco al inicio, pero hay que hacer el esfuerzo por recuperar la ilusión y esas ganas de vivir, de ayudar a los demás y disfrutar de lo que tenemos en el presente.
Algo muy importante es no confundir la actitud con ser muy simpáticos, divertidos o ruidosos; la actitud tiene que ver con nuestra forma de ser, con ser buena persona, tener deseos de hacer las cosas bien y hacer el bien a los demás. La actitud es compatible con los grandes valores humanos y los pequeños detalles, haciendo cada día, a cada momento, todas esas pequeñas cosas ordinarias de manera extraordinaria y eligiendo ser siempre una mejor versión de nosotros mismos.
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